02-07-2025
En los últimos años, el turismo con perspectiva de género ha emergido con fuerza como una corriente que busca repensar el sector desde una mirada más inclusiva. En este contexto, México se ha convertido en un referente regional con una oferta creciente de experiencias pensadas para mujeres, que combinan seguridad, confianza y representatividad.
Hoy, más mujeres viajan solas, entre amigas o con desconocidas que se convierten en compañeras de ruta. Ya no se trata solo de escaparse del estrés cotidiano, sino de explorar el mundo con libertad, tomar decisiones propias y reconectar con una misma en un entorno seguro. Esta tendencia está dando lugar a nuevas propuestas turísticas.
UNA INDUSTRIA EN TRANSFORMACIÓN
En todo el país han surgido agencias especializadas en diseñar viajes exclusivos para mujeres. Estas iniciativas, lideradas en muchos casos por mujeres jóvenes, entienden que viajar con libertad y seguridad es un derecho. El enfoque no se limita a modificar un itinerario, sino que redefine la experiencia del viaje como un espacio de confianza, cuidado y encuentro entre mujeres.
Un ejemplo destacado es Once Journeys for Women, con sede en Oaxaca. Esta agencia propone recorridos nacionales con un enfoque regenerativo y de fortaleza femenina. La experiencia de viaje se convierte así en una red de apoyo y admiración entre mujeres que, desde distintos territorios, orígenes y realidades, comparten valores e inquietudes.
Otra propuesta destacada es Viajes El Gran Valle, que ofrece experiencias para mujeres que quieren viajar solas, pero con compañía. Acompañadas por coordinadoras con vasta experiencia, las participantes cuentan con asistencia permanente; ofrecen desde escapadas de fin de semana hasta recorridos por rutas emblemáticas del país, todo está pensado para que la seguridad y la comodidad estén garantizadas.
En un formato más accesible, Morritas Viajeras organiza viajes para mujeres jóvenes (aunque la edad no es excluyente) que buscan experiencias divertidas, seguras y asequibles. Con base en Ciudad de México, esta agencia ha sabido construir una comunidad sólida de viajeras, con espacios de comunicación abiertos y flexibilidad en los pagos.
MUJERES MEXICANAS EXPLORANDO EL MUNDO
El enfoque femenino no se limita al turismo nacional. También hay propuestas pensadas para mexicanas que quieren descubrir el mundo. Nosotras Viajando, por ejemplo, se especializa en viajes internacionales para mujeres mayores de 50 años. Su propuesta es tan clara como poderosa: brindar a las viajeras una experiencia cuidada, segura y estimulante, incluso si es su primera vez viajando solas. Grupos reducidos, ritmos adecuados y destinos culturalmente ricos son parte de una fórmula que empodera a quienes durante años postergaron sus sueños de viajar.
En paralelo, Mujer Viaja ha desarrollado un modelo innovador que combina agencia de viajes y red de franquicias. Dirigida por mujeres y para mujeres, esta empresa diseña itinerarios personalizados según momentos vitales: desde viajes para madres e hijas hasta experiencias de lujo, bienestar o celebraciones especiales.
SEGURIDAD Y SENTIR EL PROPIO PODER
Todas estas propuestas coinciden en dos aspectos clave: la seguridad y el empoderamiento. Viajar sola o con otras mujeres no debería implicar renunciar al confort o a la protección. Por eso, las agencias incorporan medidas concretas como el acompañamiento constante, alojamientos seleccionados, transporte seguro, seguros de viaje y personal exclusivamente femenino para la coordinación de los grupos.
UN TURISMO MÁS REPRESENTATIVO
Más allá del producto turístico, estas iniciativas están contribuyendo a aumentar la presencia femenina en todos los eslabones de la industria. Desde coordinadoras de viaje y guías, hasta fundadoras, operadoras y empresarias, las mujeres están ganando espacio y visibilidad en el sector. Programas como Mujer Lomas, en el Caribe mexicano, capacitan a mujeres sin experiencia previa para que se conviertan en agentes de viajes y lideren sus propios negocios.
El avance del turismo con perspectiva de género en México demuestra que las mujeres no solo son una audiencia relevante, sino también protagonistas de un cambio estructural, que redefine qué significa viajar, quién lo hace, cómo y para qué.