30-04-2025
En un mundo que exige cada vez más responsabilidad ambiental, la industria turística se encuentra ante un nuevo paradigma: el turismo regenerativo. La conciencia ecológica en crecimiento está impulsando esta evolución, y los viajeros no son la excepción: buscan experiencias exclusivas que estén en armonía con la naturaleza y el bienestar del planeta. México, con su megadiversidad natural y cultural, está abrazando esta tendencia emergente para transformar sus destinos en espacios que generan un impacto positivo duradero.
MÁS ALLÁ DE LA SOSTENIBILIDAD: ¿QUÉ ES EL TURISMO REGENERATIVO?
A diferencia del turismo sostenible, cuyo objetivo es reducir al mínimo los daños, este va un paso más allá y propone dejar los destinos mejor de como fueron encontrados. No se conforma con mitigar efectos negativos; busca activamente restaurar ecosistemas y revitalizar las comunidades locales, fortaleciendo su cultura y calidad de vida. En la práctica, esto implica acciones concretas como reforestación, rehabilitación de hábitats o rescate de tradiciones, integrando a pobladores en los proyectos turísticos.
También, promueve una interacción más significativa entre visitantes y anfitriones, fomentando el respeto mutuo y el intercambio cultural durante el viaje. En síntesis, el turismo regenerativo reimagina el propósito de viajar: no se trata solo de disfrutar sin dañar, sino de participar en la reparación y mejora del destino visitado.
APUESTA POR DESTINOS REGENERATIVOS
México se perfila como pionero en adoptar esta filosofía. Autoridades, empresas y comunidades locales están alineando esfuerzos para que el turismo evolucione de lo sustentable a lo regenerativo. En Baja California Sur, por ejemplo, el gobierno estatal, la iniciativa privada y las ONG unieron fuerzas para vincular el turismo con la conservación marina. A través del proyecto “Big 7: Las siete especies imperdibles”, la Secretaría de Turismo estatal, Airbnb, WWF y el fideicomiso de turismo local buscan que la actividad turística contribuya directamente a proteger ecosistemas clave de la región.
Esta iniciativa pretende transformar la experiencia de los viajeros en un motor de beneficio tanto para la naturaleza como para las comunidades, posicionando a Baja California Sur como un referente internacional de turismo regenerativo. Desde 2022, la alianza ha desarrollado guías y capacitaciones que enseñan al turista cómo su visita puede apoyar la conservación de especies emblemáticas (ballenas, tortugas, manglares, entre otras) y al mismo tiempo fortalecer las cooperativas ecoturísticas locales.
El sector público en otros estados también adopta este enfoque. En Yucatán, en conjunto con la UNESCO y cooperativas mayas, se lanzó un programa de capacitación en turismo comunitario para fortalecer capacidades locales y asegurar una distribución justa de los beneficios del turismo. La idea es empoderar a las comunidades rurales, brindándoles herramientas para gestionar sus patrimonios naturales y culturales, de modo que se integren como protagonistas del desarrollo turístico sostenible.
De igual forma, en Quintana Roo, el proyecto SURGES (con apoyo de USAID) organizó talleres para impulsar el turismo regenerativo, involucrando a los viajeros en actividades como la plantación de manglares y visitas a comunidades agrícolas, con el fin de lograr un cambio positivo tangible con cada visita. Estos esfuerzos reflejan un reconocimiento creciente: el futuro del turismo requiere un modelo en el que la prosperidad económica vaya de la mano con la regeneración ambiental y social.
En la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda de Querétaro, este modelo ya es una realidad cotidiana. Lejos de los circuitos turísticos masivos, Sierra Gorda ofrece al viajero de alta gama un lujo distinto: la oportunidad de sumergirse en bosques y montañas de manera consciente, sabiendo que su presencia apoya directamente la conservación y a las familias locales. Aquí las microempresas comunitarias han florecido alrededor de iniciativas verdes –desde ecolodges hasta guías locales– adoptando prácticas como el reciclaje, el manejo responsable del agua y la protección de la biodiversidad. Los visitantes exploran senderos entre la niebla, participan en talleres ecológicos y aprenden sobre la importancia de cada especie en el ecosistema, volviéndose así aliados en la preservación de este tesoro natural.
Tal vez lo más inspirador del caso de Sierra Gorda es cómo este enfoque está empoderando a la población local, en especial a las mujeres. Muchas habitantes de la región han encontrado en el turismo regenerativo una vía para emprender: talleres de artesanías, cooperativas gastronómicas y proyectos de hospedaje boutique que rescatan saberes tradicionales y los convierten en experiencias auténticas para el viajero. Iniciativas como el Grupo Ecológico Sierra Gorda han impulsado la formación y organización de una red de servicios turísticos comunitarios, donde las mujeres ofrecen desde textiles bordados hasta rutas ecoculturales, todo bajo estándares de sustentabilidad certificados localmente.
Estas emprendedoras no solo generan ingresos para sus familias, sino que revalorizan la cultura y el patrimonio de la región, demostrando que el turismo de lujo puede ser también un agente de inclusión y equidad. Para el viajero premium, esto se traduce en encuentros genuinos —como compartir relatos alrededor de una fogata o degustar ingredientes orgánicos de origen local— que agregan un valor emocional único a su viaje.
MIRANDO HACIA EL FUTURO
México vislumbra la expansión de estos modelos a lo largo de su geografía. Destinos emergentes comienzan a diseñarse con la regeneración en mente desde el inicio. Un ejemplo emblemático es Sisal, un pequeño puerto yucateco que recientemente fue nombrado Pueblo Mágico. Con el rápido crecimiento de su popularidad, se elaboró un plan maestro para transformarlo en el primer destino de turismo regenerativo del país, sentando un precedente de desarrollo responsable basado en la ecología del lugar.
De manera similar, la antigua colonia penal de Islas Marías, en el Pacífico, se está reinventando como centro de turismo ecológico educativo: una alianza entre el gobierno federal, la Secretaría de Marina, el estado de Nayarit, la UNESCO y Airbnb trabaja en un modelo innovador que permita a los visitantes conocer este archipiélago protegido de forma responsable, sin comprometer su frágil ecosistema. Estas visiones de vanguardia anticipan un turismo mexicano del mañana donde cada proyecto turístico nace con el compromiso de regenerar.
En conjunto, la multiplicación de iniciativas regenerativas en México abre una oportunidad única para los profesionales del turismo de alta gama: crear itinerarios de lujo con propósito. Ofrecer a sus clientes destinos regenerativos significa brindar el máximo confort y exclusividad, a la vez que se les invita a ser parte activa de la restauración de la naturaleza y el empoderamiento de comunidades locales. Cada viaje puede así convertirse en un legado positivo, una experiencia transformadora que conecta al viajero con la esencia del destino de manera profunda y responsable.
Este enfoque, además de inspirador, sintoniza con la expectativa creciente de un turismo que sea aliado de la preservación ambiental y la restauración del entorno en cada visita. El futuro del turismo mexicano se está escribiendo con acciones regenerativas, y los agentes de viajes premium tienen en sus manos la oportunidad de liderar esta transformación hacia experiencias verdaderamente significativas y responsables.